Héctor Vidal Rivas y Mirtha Legrand
Héctor Vidal Rivas junto a Mirtha Legrand

Mirtha Legrand me cambió la vida”, asegura sin pruritos Héctor Vidal Rivas. Nacido hace 78 años en San Telmo, Buenos Aires, el creador de Argentina Fashion Week se interesó por el mundo de la moda desde que era apenas un niño. En diálogo exclusivo con Infobae, recuerda que sentía pasión por descubrir los géneros con los que su mamá y sus dos hermanas confeccionaban las prendas que le mandaban a coser a sus modistas. Explica que eso hizo que, con el tiempo, decidiera incursionar en el mundo del modelaje, pero que luego entendió que lo suyo era estar en la trastienda de los desfiles. Y que, desde que se convirtió en el asesor personal de la gran diva argentina, el país entero reconoció su labor.

Desde el Hotel Costa Galana, donde durante años realizó el tradicional desfile Mar del Plata Moda Show, el hombre detrás de la Chiqui hace un repaso de su historia. “Tuve una infancia bárbara en un hogar de clase media, pero mi familia no tenía nada que ver con la moda. Mi mamá era ama de casa y mi padre funcionario de Gas del Estado. Cuando cumplí los diez años, nos mudamos a Caballito hasta que terminé la primaria. Y después nos fuimos a vivir a Florida, donde hice el secundario. Pero ya en esa época me gustaba el tema de la ropa. De hecho, no me preguntes por qué, pero yo le elegía a mi vieja y a mis hermanas las telas que se tenían que comprar”, recuerda Héctor.

Lo cierto es que, decidido a convertirse en modelo masculino, Vidal Rivas comenzó trabajando en varias campañas publicitarias. Y, al mismo tiempo, incursionó en el cine. Pero no tardó en entender que lo suyo era el backstage de la moda. “Desde muy joven empecé a hacer desfiles para el círculo femenino, que para esa época eran revolucionarios. Por ejemplo, venía Nélida Lobato de estar en el Lido de París e iba al Nacional a hacer Corrientes casi esquina Champs Elysees. Así que hablé con Carlos Petit y le pedí las escalinatas del teatro para hacer las pasadas ahí. El evento se llamó La Moda casi esquina Champs Elysees, usando el título de la obra. Y fue un éxito. Encima, yo también era bastante vanguardista a la hora de vestirme, me podía poner una prenda de cuero o un saco de brocato rosa. De manera que enseguida me destaqué”, cuenta.

Héctor Vidal Rivas siempre fue innovador con su vestuario
Héctor Vidal Rivas siempre fue innovador con su vestuario (BOCHICHIO/)

Por aquellos años, Héctor se convirtió en asesor de producto en Etam. “Me acerqué al director y le dije que era una lástima que, teniendo tantas sucursales, las vidrieras no estuvieran enfocadas en la ropa que tenían que exhibir. Y al mes empecé a trabajar en la empresa, cambiando la mentalidad de la gente y la manera de armar las colecciones. Lo hacía en base a lo que a mí se me ocurría, era algo innato. Al tiempo, me dieron para crear la línea Miss Etam. Y, simultáneamente, comencé a hacer trabajos en televisión en programas como Alta Tensión y fui como invitado en un par de oportunidades a Almorzando con Mirhta Legrand, en Canal 9”.

Lo cierto es que, cuando la diva pasó con su ciclo a Canal 13, quiso que Vidal Rivas se ocupara de su vestuario. “A mí me habían dado un papel chiquito en La Patota, la película que protagonizaba Mirtha. Como yo era campeón de rock en el club de mi barrio, me tocó bailar en la escena del cumpleaños. ¡Tuve que llevar diez parejas que bailaran conmigo por pedido de Daniel Tinayre! Ahí los conocí a los dos. Y después terminé siendo el asesor de imagen de la Chiqui. Para mí fue un antes y un después”, reconoce el hombre.

¿Qué fue lo que cambió? “Mucha gente no sabe que, a partir del momento en el que empecé a trabajar con Mirtha, comencé una gran carrera como asesor de vestuario de muchas figuras importantes. Tengo hechos 122 unitarios, 22 telenovelas, 14 películas, 24 obras de teatro, además de haberme ocupado de la imagen de personalidades como Pinky o Andrea del Boca, por ejemplo. Y, trabajando en Lee, empecé a viajar dos o tres veces por año a los centros mundiales de la moda y a descubrir lo que traje al país como Buenos Aires Alta Moda y, después, se convirtió en la Semana de la Moda en Argentina que en marzo va a tener su 62ª edición”, explica Vidal Rivas.

El fuerte abrazo entre Mirtha Legrand y Nacha Guevara en el teatro
Héctor Vidal Rivas y Mirtha Legrand en una de sus tantas salidas al teatro

Sin embargo, llegado un momento, el hombre decidió que era hora de dejar de lado ciertos trabajos. Y optó por seguir con sus desfiles, pero limitarse al asesoramiento de imagen exclusivo de Legrand, a quien acompaña desde hace 47 años. “Me considero un amigo de Mirtha. Prácticamente, soy como de la familia. Y el lazo es tan cercano que yo, sin que ella me diga nada, sé qué es lo que le pasa. Pero además, ella siempre ha estado en los momentos importantes para mí. Es una persona increíble. Y siento que hay muchos que, recién ahora, se están dando cuenta de eso”, asegura Héctor.

Y agrega: “La gente no sabe lo solidaria que es Mirtha. Y no se imagina a la cantidad de actores que no tienen trabajo a los ella que ha ayudado sin hacerlo público. Se entera de que alguien está mal económicamente y, enseguida, le manda un sobre con dinero a la casa. O levanta el teléfono para que se pueda atender en el Hospital Fernández si está enfermo. Aparte está todo el tiempo pendiente de cada uno de los integrantes de su familia. Ama a su hija Marcela, a sus nietos Juana, Nacho y Rocco, y a sus bisnietos, Ámbar, Silvestre y Alí. Es adoración lo que siente por ellos. Y, a diferencia de lo que muchos piensan, siempre fue muy presente con sus afectos”.

Vidal Rivas reconoce que las pérdidas fueron muy duras para Legrand. “La muerte de su marido y de su hijo Danielito, fueron difíciles. Pero en el último tiempo le pegaron muy fuerte el fallecimiento de sus hermanos, José y Goldy. Su gemela, para ella, era todo. Salía del camarín para el estudio y recibía un llamado de ella. Lo mismo pasaba cuando terminaba el programa. Y si le decía ‘redondito de ricota’, era porque había salido todo diez puntos. Era la única que sabía lo que sentía Mirtha por dentro”.

MIRTHA LEGRAND FUE A VER TOC TOC EN EL MULTITEATRO EL PUBLICO SE AGOLPEO A LA SALIDA UNA MULTITUD IMPRESIONANTE PARA VER A LA DIVA
Héctor Vidal Rivas y Mirtha Legrand frente a una multitud que intenta saludarla (rsfotos/)

¿Cuál es el secreto de la diva para poder superar las adversidades y seguir siempre vigente, hoy al frente de La Noche de Mirtha por ElTrece? “Tiene una fuerza increíble, una mente privilegiada y una memoria única. Ella estudia permanentemente y está enterada de todo lo que pasa en el país. Se preocupa por cada detalle de su programa. Y todos los domingos reúne a sus amigos para tomar el té en su casa. Además, está siempre lista para ir a ver obras de teatro, donde cada vez que llega el público la ovaciona, o para participar de eventos benéficos. Está por cumplir 97 años y a mí cada vez me sorprende más. Es un ejemplo, una persona fuera de serie. Yo me siento honrado de tener su amistad y de saber que ella confía en mí”, señala Héctor.

El asesor, en tanto, desmiente el mito de que la Chiqui no se deja ver por nadie sin maquillaje. “Cuando he ido con algún diseñador a probarle ropa, la he visto al natural. Pero es muy coqueta y, por suerte, la tiene a Elvira que la ayuda en todo. Se produce para cada reunión que hace en su casa con amigos. ¡Nunca saldría a tomar el té en bata porque no sería Mirtha! Y, para los cumpleaños, en la mitad de la fiesta siempre hace algún cambio de vestuario como si estuviera conduciendo un Martín Fierro”, dice.

Por otra parte, Vidal Rivas remarca que Legrand siempre mantuvo el mismo pensamiento político, más allá del gobierno de turno, y que en todo momento manifestó lo que sentía con libertad. “Ella lo único que quiere es ver a la Argentina florecida. Le duele encontrar a una persona viviendo en la calle, pero le duele en serio. Y no puede creer que en su país haya gente que tenga hambre”, asegura el hombre que promete una sorpresa junto a la diva para el mes de febrero.

Y, a modo de conclusión, reflexiona: “Mirtha quería volver a la televisión porque ella necesita trabajar. Mirtha es feliz trabajando. Mirtha no es feliz si no trabaja. Cuando se prenden las luces, Mirtha es otra persona. Maneja el estudio como nadie y, en todo este último ciclo, nunca tuvo que cortar una grabación. Es como si lo estuviera haciendo en vivo porque es su vida. Y es increíble la fascinación que despierta no solo en la gente mayor, sino también en los chicos. Y lo digo yo, que la acompaño a todos lados y pienso seguir estando con ella cada vez que me necesite. Porque yo soy un agradecido de haberla conocido. Y porque reconozco que, mucho de lo que logré, se lo debo a Mirtha”.