Alonso Canadá
El piloto de Aston Martin, Fernando Alonso. (REUTERS/Mathieu Belanger) (MATHIEU BELANGER/)

Con una carrera que se extiende a lo largo de 20 temporadas en la Fórmula 1, Fernando Alonso es el piloto más veterano en la parrilla actual. Aun con eso, a sus 42 años sigue siendo símbolo de historia reciente en el automovilismo, pues su hambre de victoria y de competitividad no cesa. En 2023, el ambiente alrededor del asturiano se teñía de ilusión renovada y con vistas a 2024, la esperanza se refuerza sobre la figura del asturiano, que, posiblemente, esté atravesando uno de sus mejores momentos como piloto profesional.

Lo que a más de uno deja sorprendido es que los años no parecen pesarle a Alonso. El bicampeón mundial mantiene intacta su agudeza y espíritu competitivo. En un mundo tan exigente como la F1 en lo que a reflejos pueda referirse, la resistencia y adaptabilidad son cruciales. En la revista GP Racing, Rob Smedley, que fue ingeniero de Felipe Massa en F1, y de Fernando en Fórmula 3000, ha desvelado los que para él son tres pilares clave que mantienen al piloto con estas capacidades y entre los mejores pilotos del mundo: “Talento natural, trabajo duro e inteligencia”.

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El ingeniero británico Rob Smedley y el piloto español Fernando Alonso.
El ingeniero británico Rob Smedley y el piloto español Fernando Alonso.

El talento

Smedley recuerda la llegada de Alonso al Team Astromega en la Fórmula 3000, época en la que resalta el talento natural del que habla el británico: “No hay absolutamente ninguna duda acerca de su talento natural. Yo vi ese talento natural ya en 1999, cuando yo era su ingeniero de la Fórmula 3000. Él había corrido en la Fórmula Nissan en España y luego pasó directamente a la Fórmula 3000, lo cual fue un gran salto. Así que esa era la primera vez que se mudaba”. “No hablaba nada de inglés, por lo que era difícil comunicarse con él al principio. Pero casi de inmediato, desde la primera prueba en Barcelona, se presentó con su casco, sin otra preparación, casi de inmediato, y rodó a un gran ritmo, increíblemente. Era muy, muy rápido desde el inicio”, apunta Rob.

Entre ambos solo hay ocho años de diferencia, pero lo cierto es que Smedley ya llevaba varias temporadas a pie de cañón: “Yo también era joven, tenía veintipico años, pero sabía lo suficiente acerca de los pilotos como para saber cuando se encuentra una joya. Y luego le diseñé esa temporada, obviamente estaba aprendiendo, ya sabes, sobre los nuevos coches que tenían mucha más potencia, mucho más agarre, mucha más carga aerodinámica que a los que él estaba acostumbrado. Pero al final del año, ya dominaba”.

El trabajo duro

Este talento de Alonso no existe en vacío, sino que se complementa con una ética de trabajo formidable. El ingeniero británico hace hincapié en que la combinación de ambas cualidades es lo que distingue a los grandes: “Luego usó ese talento natural que ha mostrado durante el resto de su carrera. Durante el tiempo que trabajé con él en la Fórmula 1 en Ferrari, siempre estaba en ese modo exhibición. Se toma el trabajo en serio, trabaja duro. Como todos los grandes, tienen el talento natural, pero lo respaldan con trabajo duro. Ya sabes, algunos tienen talento natural, otros trabajan duro, pero cuando tienes las dos cosas combinadas, la suma es increíble”.

“Así que es increíblemente tenaz, increíblemente trabajador, quiere sacar lo mejor de cada situación y no deja de trabajar, no deja de pensar, un gran premio no es un trabajo de fin de semana para él, es una vocación. Y está total y absolutamente comprometido con ello”, aseguró.

La inteligencia

La inteligencia es el último pilar que Smedley destaca del bicampeón mundial. La capacidad de Alonso para comprender la carrera no solo mientras se desplaza a velocidades vertiginosas, sino también al procesar y analizar simultáneamente lo que ocurre a su alrededor, es una ventaja decisiva frente a sus competidores. “La inteligencia se muestra de muchas maneras. Se muestra en la pista, él lo demuestra en la pista cuando tiene esa increíble capacidad no sólo para conducir el coche a 300 km/h, sino también para analizar y procesar todo lo que está pasando a su alrededor. Y eso es útil. Eso es una gran ventaja contra sus competidores, porque no sólo puede conducir tan rápido como ellos, sino que también está pensando mejor que la gran mayoría de ellos también”, justifica el tercer factor.

“Además, la inteligencia se ve en su tenacidad, en la inteligencia emocional, la tenacidad de ser sólido como una roca mentalmente y nunca, o casi nunca, verse desestabilizado, por ejemplo, por su compañero de equipo. Si su compañero es un poco más rápido, no se viene abajo. Es difícil que alguna vez veas a Fernando teniendo un mal día. Tiene muy pocos días malos, es muy consistente. Y eso es debido a que cuando pones esos tres pilares juntos, obtienes a ese increíble piloto”, concluye el británico poniendo en valor la combinación de los tres pilares que destaca de Alonso.

En un deporte donde los jóvenes prodigios emergen constantemente, Fernando Alonso continua su carrera no solo como un competidor, sino como un ejemplo del poder, del compromiso, la experiencia y un talento que trasciende las expectativas de la edad.